Agentes de la Penitenciaría regional de Oviedo encontraron detrás de uno de los pabellones de la cárcel un artefacto que parecía ser un explosivo y se llamó el escuadrón de bombas de la Policía.
Los expertos revisaron el objeto y señalaron que no tenía material explosivo y fue desarmado. En su interior no había sustancias peligrosas y eso se informó a las autoridades penitenciarias.
Todavía no se sabe si el hecho fue una broma de mal gusto o se trató de otra cuestión más grave. Por esa razón es que se dispuso la apertura de una investigación interna para indagar el llamativo hecho y no se descarta la implementación de más medidas de seguridad.