La misma se recupera favorablemente de la horrible experiencia aunque deberá realizarse controles médicos para evitar secuelas de la mordedura y el veneno de la serpiente.
Tami es una niña de 7 años domiciliada en en la Isla San Pablo de San Cosme y Damián, un pequeño pobladores anexo a la Isla Yacyretá en cercanías al brazo Aña Cuá. En julio de este año, la misma se encontraba jugando con otros niños al «tesoro escondido», cuando de entre unos arbustos fue mordida por la víbora que estaba escondida allí.
Inmediatamente la niña gritó de dolor y rápidamente se dieron cuenta que fue atacada por el animal, la trasladaron de inmediato en lancha hasta el Hospital de Ayolas donde fue atendida.
A 4 meses de esa experiencia, la herida ya cicatrizó pero las marcas quedan. Según contaron sus familiares es atendida constantemente para evitar cualquier retroceso en su recuperación.