Cerro Porteño, con sabor a “bombón” en la Copa

Cerro Porteño dejó anoche al barrio cantando al ritmo de Los Palmeras con el triunfo fsobre Colón 3-1 en el Grupo G de la Copa Libertadores. El Ciclón remontó la ventaja del rival en medio de un pesimo arbitraje que le impidió un par de penales. Romero (2) y Espínola, los goleadores.

En la Copa Libertadores se debe ganar los partidos de local como sea. Cerro Porteño cumplió anoche ese requisito y tuvo que imponerse incluso al pésimo arbitraje del chileno Roberto Tobar más que a Colón de Santa Fe, que logró marcar primero.

Tener que conformar una dupla de atacantes que solo estuvieron un tiempo juntos en el torneo casero, a raíz de la resta de cuatro, fue ya una adversidad a la que se acomodó Chiqui Arce. Pese a esto, el ritmo del equipo azulgrana no fue apabullante, pero sí marcó diferencia sobre el rival. Una clara de gol de Sergio Díaz y con el arquero vencido; la pelota fue rechazada sobre la línea por el defensor Delgado.

En medio se registraron un par de jugadas en el área rival que si se tuviese el VAR, debían ser penales, pero Tobar y sus asistentes hicieron las del “tuerto”. Colón logró marcar la ventaja por Meza, que aprovechó un rebote de Jean, quien cinco minutos después evitó el segundo tanto sabalero en un mano a mano con Bernardi, que quiso anotar de “globo”.

El Ciclón reaccionó, le costó pero lo hizo. Una guapeada de Díaz terminó en un rebote del arquero argentino que lo aprovechó Fernando Romero y el empate merecido antes de finalizar el primer tiempo en la Olla.

Lo bueno con lo que se cerró la primera etapa se ratificó con otro tanto de Romero apenas arrancó el segundo periodo y el barrio se puso a cantar. Al ritmo de “bombón asesino” el equipo paraguayo comenzó a imponer lo suyo en la cancha, pero Colón con la “Pulga” también puso lo mejor. El martillo de sentencia fue del Beto Espínola con un cabezazo en el 3-1, que por entonces ni Los Palmeras podría dar otro ritmo al cuadro santafesino.

Pasó el segundo partido en el Grupo y hasta con el arbitraje en contra, el Ciclón terminó cantando y llenó de alegría a todo el barrio. Abc

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