Al inicio de la siembra de la soja en septiembre pasado, el escenario actual propiciado por la sequía era impensado y se pronosticaba una cosecha de 10,5 millones de toneladas de soja. Sin embargo, la ausencia de lluvias importantes se extendió más de lo habitual.
Si bien la campaña continúa, la expectativa de cosecha cayó estrepitosamente a 4 millones de toneladas, y según la Capeco (Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas), este número tampodría ser inferior.
El 29 de diciembre el Equipo Económico Nacional dispuso medidas de refinanciación de préstamos y conservación de la calificación crediticia. El plan comenzó a aplicarse el 5 de enero, pero la sequía persistió y son necesarias nuevas asistencias, según los afectados.
“En general la tendencia es para peor que para mejor. Hace falta sentarse entre todos para ir conversando”, opinó el titular de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo, en comunicación con Gen.
Mencionó las diferencias de las circunstancias entre diciembre y hoy. Cuando fue aprobado el plan de contingencia en el último mes del 2021, los productores no disponían dinero para cubrir sus deudas, sin embargo, hoy el escenario es un poco más favorable en ese sentido.
En contrapartida, actualmente ya no cuentan con capital productivo, el cual será indispensable para la próxima siembra de septiembre.
A esto se suma el incumplimiento de contratos de quienes debían cargas y no cumplieron por falta de mercadería. El documento cuenta con cláusulas de compensación y penalización.
“Poca gente está entendiendo el tamaño de avalancha que nos viene, esto es un tsunami que va a venir, nosotros sentimos en el campo cuando empieza a calentarse la leche, acá en Asunción se dan cuenta cuando ya se derramó”, advirtió Cristaldo.
Se espera que el Gobierno pueda implementar nuevas medidas ante lo que será una estrepitosa caída de la cosecha y consecuentemente, la pérdida de ingresos para toda la cadena vinculada.