De un vapeador a una posible relación incestuosa, el trasfondo del crimen de la adolescente

El crimen de la adolescente Romina Peralta, de 16 años, ocurrió en Lambaré, este lunes, alrededor de las 21:00. En principio, se dijo que la causa de su muerte fue por la explosión de un vapeador, y así lo confirmaron los médicos del Hospital de Lambaré y también la familia de la joven.

La noticia se hizo pública el martes cerca del mediodía, por lo que los medios informaban sobre la extraña muerte de Romina, ocasionada por un dispositivo cuya venta no está regulada en el país.

En conferencia de prensa, la doctora Luz Vázquez, jefa del Área de Urgencias del Hospital General, comunicó que la víctima sufrió de un trauma de tórax mixto, el cual le produjo un shock hipovolémico, que probablemente fue la causa de muerte.

Los médicos mencionaron que los padres les dijeron que el vapeador que estaba utilizando la menor de edad explosionó, por lo que la trasladaron para que sea asistida. La doctora señaló que el caso fue denunciado al Ministerio Público, y fue así como intervino la fiscala Gladys González.

Uso del vapeador enchufado, la primera hipótesis

Ese martes, tanto la familia, los médicos y la Fiscalía señalaban a un vapeador de color verde como el responsable de la muerte de la adolescente.

«Estudiaba conmigo, vino a hacer su tarea y no sé quién le dio esa porquería. Fue prácticamente en mi cara lo que sucedió», relató don Roberto Peralta, padre de la joven, en declaraciones a radio Monumental 1080 AM y posteriormente al Ministerio Público sobre lo que había ocurrido ese día.

Los padres dijeron que el vapeador que estaba utilizando la menor explosionó, por lo que la trasladaron para que sea asistida.

Los padres dijeron que el vapeador que estaba utilizando la menor explosionó, por lo que la trasladaron para que sea asistida.

«Entró en su pieza y dejó la puerta abierta y ahí le pregunta a su mamá si vio una cosita verde, a lo que su madre pregunta: ‘¿Qué clase de cosa verde?’ Luego, le responde: ‘Una cosita verde que se perdió’. Su mamá le replicó que no lo vio», narró a radio Monumental 1080 AM.

El padre manifestó que en un momento dado la vio recostarse por la pared, y «seguro en ese momento fumó y en minutos escuché una explosión. Su hermano estaba a su lado», comentó.

«Ahí me gritaron: ‘¡Papá, vení!’. Ella me dijo: ‘Papá, llevame al hospital, no quiero morirme’. En eso ya le agarré y la subí en la camioneta. En cinco minutos llegamos al hospital», recordó con la voz quebradiza. Don Peralta acotó que la joven despedía sangre por la boca y de todos lados.

Esta misma versión manejaba la fiscala del caso. «Según refirió este señor, la adolescente tenía enchufado el vapeador y evidentemente lo utilizó de esa forma», comentó al inicio de la investigación.

Actuaciones confusas impidieron dilucidar el crimen en el momento

Entretanto, el caso se volvía mediático, y desde el hospital y la Fiscalía se dieron aparentes situaciones descoordinadas, además de la versión de la familia, que no ayudaron a dilucidar el crimen en el momento.

Si bien, el Ministerio Público solicitó informes y antecedentes a los médicos tratantes para indagar la existencia de un hecho punible en la muerte de la joven, el cuerpo fue entregado a la familia sin una autopsia.

En comunicación con radio Monumental 1080 AM, la fiscala sostuvo que «en ningún momento dispuse que se entregue el cuerpo, y le reclamé eso al médico», señaló. Sin embargo, desde el hospital señalaron que la Fiscalía no consideró necesaria la autopsia, por lo que se entregó el cuerpo.

A esta situación se sumó que los investigadores se constituyeron en el velorio y la familia se negó al estudio del cuerpo. «Hablamos con los padres y le dijimos que le íbamos a hacer la autopsia al cuerpo y el padre dijo que no quería, que ellos vieron lo que pasó», manifestó la fiscala.

Todo esto ocurría mientras se manejaba como hipótesis de la muerte por causa del vapeador y la información inicial sobre el trágico suceso despertaba la alarma de las autoridades sanitarias, que desde hace varios años exigen un marco legal para garantizar la venta y uso del cigarrillo electrónico, que con el transcurrir de los días y el avance de la investigación, al parecer, nada tenía que ver con la causa de deceso.

Necropsia echó por tierra la culpa del vaper y descubrió un homicidio

Este miércoles el caso dio un giro totalmente contrario a la versión inicial que se manejaba. La necropsia realizada al cuerpo de la víctima reveló como principal hallazgo un proyectil calibre 22 en uno de los órganos, que fue retirado por personal de balística del Departamento de Criminalística.

Ese mismo día se daba a conocer que el principal sospechoso era el hermanastro de la joven, identificado como Wilmar Javier Baliero Rodríguez, de 19 años, quien quedó detenido a disposición del Ministerio Público.

El Ministerio Público imputó por homicidio doloso al hermanastro de la joven de 16 años cuya muerte se creía fue por la explosión de un vapeador.

El Ministerio Público imputó por homicidio doloso al hermanastro de la joven de 16 años cuya muerte se creía fue por la explosión de un vapeador.

“Estamos ante un caso de homicidio. Ahora bien, tenemos que determinar si es culposo o doloso. Durante la investigación se podrá confirmar (eso)”, sostuvo Gladys González, la fiscala al frente de la investigación.

La agente del Ministerio Público explicó que la necropsia se realizó teniendo en cuenta de que en un principio se dijo que la adolescente falleció tras la explosión del vapeador. Sin embargo, los especialistas inspeccionaron el cigarrillo electrónico y «contundentemente» manifestaron que ese elemento de prueba «no sufrió ningún tipo de alteración por ninguna explosión y estaba entero».

Mediante una inspección de la casa, hallaron algunos proyectiles en el ropero del sospechoso, pese a que los padres se sorprendieron tras el giro de la investigación y manifestaron que no tenían conocimiento de que había un arma de fuego en la vivienda.

González expresó que desde que sucedió el hecho, el sospechoso desapareció y recién este miércoles se constituyó en el domicilio. Manifestó que el joven no estuvo en el velorio ni participó en el duelo familiar. Hasta el momento, el arma utilizada para el crimen no fue encontrada.

De homicidio doloso a feminicidio y la relación que existía entre hermanos

El asesinato de Romina Peralta aún era misterioso para todos, pese al giro que dio la investigación que se centra en su medio hermano de 19 años. Sin embargo, el caso se volvió aún más complejo al cambiar de carátula de homicidio doloso a feminicidio.

Este jueves por la tarde, la fiscala Gladys González afirmó que el sospechoso del crimen fue imputado por feminicidio y se solicitó su prisión preventiva.

Según los datos que recabó la Fiscalía, los hermanos mantenían una relación desde hace cuatro años, que era sabida por amigas y vecinos, e incluso, era compartido por el supuesto victimario en redes sociales, pero era desconocido supuestamente por los padres.

«Hoy han declarado dos personas amigas de la víctima y han depuesto y manifestado que ellos tenían una relación de aproximadamente 4 años. (Dijeron) que el muchacho era una persona muy celosa, era obsesivo con ella, no le permitía tener una relación con otra persona, es más, años atrás refirió que la había amenazado ya con un arma», reveló la fiscala.

González mencionó que los hermanastros no tuvieron un vínculo en su infancia y se conocieron recién en la adolescencia.

«Cuando él tenía dos años fue a vivir con el padre y la madrastra, y recién a los 14 años tuvo contacto con la occisa (víctima fatal) vía Facebook, y empieza (allí) una relación fraternal, hasta que después se transformó en otra relación que fue confirmada por dos personas amigas y dos personas de sexo masculino, vecinos, que refirieron haber tenido problemas con el joven por esa circunstancia», reveló González.

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