Las reliquias de los fundadores de este distrito itapuense –en su mayoría alemanes– están disponibles para quienes desean adquirirlo. Su dueño, ya no tiene cómo mantener el museo, le puso un precio a cada objeto.
Un conocido museo de Bella Vista, Itapúa, cierra sus puertas al público debido a la falta de recursos. Lo que se recauda para ingresar al local no alcanza para mantener el lugar.
El museo Los Fundadores, propiedad de Ernesto Fischer, un descendiente de los fundadores de la comunidad y concejal municipal, decidió cerrar el museo como tal y convertirlo en un negocio comercializando las antigüedades que posee.
Los objetos que él particularmente había comprado para exhibirlos en el museo ahora los pone a la venta; en tanto que aquellas reliquias que recibió de regalo permanecerán en el museo y no serán vendidos.
Fischer venía comprobando que muchos de los visitantes se resisten a abonar el acceso al museo –que es de G. 20.000–, por lo que optó por cerrarlo al público por tiempo indefinido y abrirlo solo con el fin de comercializar los objetos que posee en el lugar.
El museo Los Fundadores posee más de 3.000 objetos antiguos recolectados por su propietario. El señor Fischer, a través de años de trabajo y esfuerzo, pudo reunir objetos y documentos con el objetivo de mantener viva la historia de los primeros pobladores inmigrantes alemanes que fundaron la ciudad y transmitirlo a otras generaciones.
Algunos de los primeros artículos fueron motocicletas de la marca Honda de los años 70 y una Triumph Inglesa de los años 40. Además, conserva utensilios antiguos del hogar como pavas, ollas, cuchillos, máquinas de coser de Alemania y Brasil. Asimismo, básculas antiguas de más de 150 años, máquina trilladora artesanal, desgranadora de maíz, un reloj y un joyero que datan del año 1750.
En las vitrinas y estantes del sitio también hay artículos bélicos como armas de la Guerra del Chaco, la Guerra de la Triple Alianza, la Guerra de México, la primera y segunda Guerra Mundial, fotografías, máscaras de gas, cantimploras, granadas del Ejército francés; balas de cañón del Ejército brasileño y del paraguayo y una mayor cantidad de grandes artículos de la historia.
“Fueron años de recolección de los objetos con más de 300.000 dólares de inversión realizada. Pero, en este momento, no tenemos otra salida que cerrar el museo al público y vender las antigüedades a la gente que desea comprarlas”, manifestó. UH