En la sala de reuniones de la Presidencia del Senado, su titular, el senador Basilio Núñez, recibió esta mañana al Dr. Ernesto Weber, presidente de la Sociedad Paraguaya de Pediatría y su comitiva.
Concluida la reunión, el médico informó que entregaron al presidente Basilio Núñez una nota con la firma de más de 800 pediatras, quienes solicitan extender al 100% la cobertura de vacunación contra el virus sincitial respiratorio a los recién nacidos pe en Paraguay, a partir de 2025.
Este pedido fue entregado junto con estudios financieros que justifican el aumento de dosis a 90,000 anuales, lo cual requeriría entre 24 y 25 millones de dólares. Aunque el Ministerio de Salud ha contemplado un 50% de cobertura, los pediatras insisten en que solo una cobertura total reducirá significativamente la mortalidad infantil, ya que este tipo de anticuerpo monoclonal no produce un efecto de inmunidad colectiva. “La preocupación de los padres crecerá conforme se acerque el invierno y los casos de bronquiolitis, una condición angustiante y peligrosa para recién nacidos, aumenten”, explicó el profesional médico.
Añadió que esta situación plantea también una cuestión de humanidad y equidad: todos los niños deben tener el mismo derecho a recibir la vacuna, sin distinciones. Limitar la cobertura a la mitad de los recién nacidos supondría un acto de discriminación, ya que sería imposible elegir a quién vacunar y a quién no.
“Nosotros habíamos planteado para el Paraguay, es que todos los niños, a partir del nacimiento, en el momento que reciben su vacuna de BCG, el Programa Ampliado de Inmunización (PAI), se haga cargo y que el niño salga de alta, con la vacuna aplicada contra el virus sincitial respiratorio”, indicó.
En otro mmomento, indicó el profesionnal, que estudios recientes sugieren que la estrategia de vacunar directamente a los recién nacidos, como se ha implementado en Chile, es más efectiva que la inmunización en embarazadas, como se hizo en Argentina, pues evita posibles barreras como la negativa de la madre a vacunarse o nacimientos prematuros.
Desde el punto de vista de la salud pública, la ampliación de esta cobertura no solo sería una medida humanitaria, sino también un acto de responsabilidad social. Las experiencias de otros países demuestran los beneficios económicos y de salud al reducir las hospitalizaciones en terapia intensiva, lo que alivia significativamente los gastos en tratamientos costosos y el desgaste del sistema de salud. Los recursos destinados a esta vacuna podrían reemplazar otros gastos en medicamentos que ya no serían necesarios, generando ahorros en oxígeno, aerosoles y atención médica intensiva.
Además del impacto en el sistema sanitario, la vacunación completa evitaría los gastos de bolsillo que enfrentan las familias cuando un recién nacido necesita tratamiento. Estos costos, que incluyen traslados a las grandes ciudades y la interrupción laboral de los padres, suman una carga considerable para la economía familiar. Por ello, el pedido de los pediatras va más allá de la disponibilidad de presupuesto: se trata de una inversión en la calidad de vida de los recién nacidos y en la tranquilidad de sus familias, según explicó el Dr. Weber.