Olimpia 0-Ameliano 2: “Botellón” de agua fría

Sportivo Ameliano brindó una gran sorpresa al cortar la invicta marcha en el Apertura de Olimpia, al que venció por 2-0 en Para Uno. Baldazo de agua fría para el desconocido Decano, sorprendido por el equipo del “Botellón” Humberto García, un justo ganador.

Fue un partido bueno, intenso, con un elenco modesto dejando todo para estar a la altura del favorito, que llegaba con el pecho inflado por sus buenos resultados. Se esperaba un duelo particular entre “Pollo” y Maíz, pero a Recalde le costó entrar en sintonía y el volante de la “V” azulada estuvo metido, como todos sus compañeros.

Sorprendió Ameliano con su presión y las cargas profundas mediante las cuales puso a prueba a Olveira, que sigue prolongando su buen momento. El Decano pasó el frente con su volumen futbolístico, tuvo momentos muy buenos en los que generó acciones propiciar para anotar.

Derlis había llegado al gol, que fue anulado por posición adelantada de Tito Torres, el de la asistencia. El “10″ tuvo un disparo que dio en el palo y un remate de Gómez dio en el travesaño, ya con el marcador adverso para la “Franja”.

El “Botellón” de agua fría (sorpresa), referenciando el apodo del entrenador albiazul, se registró con la anotación de Gustavo Caballero, con un buen disparo. Despeje corto de Torres capturado por el punta de lanza Alex Arce para asistir a su compañero que se encontraba en una posición ideal para la finalización de la acción.

Con el 1-0, Ameliano sacó a relucir algunas mañas del ascenso con los jugadores pidiendo asistencia tras contactos mínimos. Arce, en dos ocasiones y Giménez, quemaron minutos acusando golpes normales de un deporte de contacto.

El segundo tiempo dominó el Decano, pero el que anotó fue el visitante, gracias a la conexión rioplatense entre el argentino Martinich y el uruguayo Oviedo, autor de la conquista.

Ni con el penal tecnológico, producto de un toquecito de Martinich a Paiva, el dueño de casa pudo marcar. El disparo de Derlis fue desviado por Cristóforo. Se dice que un mal día lo tiene cualquiera. Los franjeados continúan con la resaca del clásico. Abc

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