La decisión fue anunciada en rueda de prensa por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dos días después de que un comité de emergencia con expertos en esta enfermedad se reuniera para analizar la posible declaración, que obligará a las redes sanitarias nacionales a aumentar sus medidas preventivas.
Este comité había recomendado no declarar la emergencia en una primera reunión celebrada en junio (cuando los casos eran 3.000), y en esta ocasión, según Tedros, tampoco hubo consenso total entre los expertos, si bien el director general ha decidido declarar la emergencia en vista del alto y creciente número de casos en diversas regiones de todo el planeta.
Entre los criterios usados por la OMS para declarar esta emergencia, señaló Tedros, está el hecho de que «el virus se está transmitiendo rápidamente en muchos países donde no hubo casos con anterioridad».
El máximo responsable de la OMS también indicó que se ha elevado el riesgo de contagio de viruela del mono a un nivel «alto» en Europa, que concentra un 80% de los casos, mientras se mantiene el nivel «moderado» en el resto de las regiones, incluida África, donde la enfermedad es endémica desde hace décadas.
Tedros subrayó que pese a la alerta global el brote «se concentra sobre todo en hombres que mantienen sexo con otros hombres y con múltiples parejas», un colectivo para el que pidió mediante asistencia e información sobre la enfermedad.
Ello, aseguró, debe hacerse con medidas que protejan la dignidad y los derechos humanos de las comunidades afectadas, ya que, afirmó, «el estigma y la discriminación pueden ser tan peligrosos como cualquier virus».
Es la séptima vez que la OMS declara la emergencia internacional (un mecanismo iniciado en 2005), después de haberlo hecho por la gripe A en 2009, el ébola en 2014 y 2018, la polio en 2014, el virus zika en 2017 y el coronavirus causante de Covid en 2020 (nivel de alerta este último que sigue en vigor).