Almide Alcaraz, historiador y gestor cultural, profundizó sobre las particularidades que rodean a la chipa en nuestra sociedad. “El chipá tiene un significado muy valorado, siendo un pan que la comunidad busca compartir entre los más cercanos, unir a las familias y amigos”, expresó el entrevistado.
El historiador mencionó además que la elaboración de la chipa durante la Semana Santa busca “mantener una tradición que lleva más de cinco siglos en su significado ancestral, el pan sagrado, representado en la divinidad y considerado una ofrenda de agradecimiento por los beneficios y cuidados que requerían”.
Alcaraz añadió que, en los días santos, la chipa sostiene en gran medida el ayuno familiar, para abstenerse del consumo de la carne que, por su contenido, ayuda a sobrellevar el Viernes Santo sin tener otro tipo de alimento, en especial de carne roja.
Su origen y evolución
Según Alcaraz, la elaboración de la chipa y su consumo estaba inicialmente concentrado para días santos, el Camino de la Pascua y el Día de la Cruz (Kurusu Jegua), consistente en ornamentar una cruz con la chipa.
“Una de las historias de las que tenemos conocimiento, nos indica que el proceso de la chipa se sustenta en la preparación de mandioca cruda envuelta en una hoja de banano, güembé (maíz) o jaguarundí (planta medicinal) y cocinado en las cenizas calientes de los fogones, ‘tanimbu guýpe’. La mayoría relaciona al mbuyapé, chipa hecha por los antiguos pobladores de la región del Sudamérica (Paraguay, Brasil, Argentina, Bolivia, entre otros)”, detalló el gestor cultural.
“La propagación de las chiperías es un índice a tener en cuenta en el crecimiento económico muy importante, para zonas como Eusebio Ayala, antigua Barrero Grande, y Coronel Bogado. Asimismo, en los últimos años, se pueden encontrar chiperías a lo largo de las principales rutas, como en Emboscada, Paraguarí, Ypacaraí y otras”.
A su vez, indicó que, con el tiempo, la preparación del pan sagrado se fue modificando con la aparición de insumos que no eran de uso común en Paraguay. “Ya en 1609, con la llegada de los jesuitas, se incorporaron otros ingredientes a la mezcla como el queso, huevo, grasa y otros, a lo que originalmente solo era una mezcla de maíz muy similar a lo que conocemos como polenta. Actualmente, existe una gran variedad de chipas en nuestro país y en la región, entre las que se destacan el Chipa Barrero y el Chipa Bogado.
Por Ley N° 5267/2014, la chipa fue considerada Alimento Nacional del Paraguay. Este reconocimiento además otorga una fecha en el calendario para celebrar a los miles de paraguayos que se dedican a la producción de este alimento. “Así, cada segundo viernes de agosto celebramos el Día del Chipá. Esto se dio porque en el antiguo Barrero Grande, hoy ciudad de Eusebio Ayala, se conmemora como Día Distrital del Chipa Barrero”.
“Ya en 1609, con la llegada de los jesuitas, se incorporaron otros ingredientes a la mezcla como el queso, huevo, grasa y otros, a lo que originalmente solo era una mezcla de maíz muy similar a lo que conocemos como polenta”.
De tradición a medio de subsistencia y creación de fuentes de trabajo
El historiador resaltó que la chipa ha pasado de ser solo una tradición a un medio de subsistencia para varias familias en el Paraguay, dependiendo de la zona, en especial aquellas ciudades que se encuentran en rutas con mucho tránsito. “La propagación de estas chiperías es un índice a tener en cuenta en el crecimiento económico muy importante, para zonas como Eusebio Ayala, antigua Barrero Grande, y Coronel Bogado. Asimismo, en los últimos años, se pueden encontrar chiperías a lo largo de las principales rutas, como en Emboscada, Paraguarí, Ypacaraí y otras”.
“Hay ciudades como Eusebio Ayala que han convertido en toda una atracción turística el chipa rape, que consiste en un recorrido por las chiperías de la ciudad de Eusebio Ayala a fin de interiorizarse más sobre la chipa y sus protagonistas. El mismo se suele realizar en Semana Santa y en agosto, mes en el que se recuerda el Día Nacional de la Chipa”, exteriorizó.
“También, en ciudades como Luque, cada año en el Día de la Cruz, celebran este día preparando grandiosos cuadros en alusión a la cruz con ofrendas de chipa”, detalló.
Por último, el historiador local se refirió a la manera en la que se conmemora la Semana Santa en la ciudad de donde es oriundo, Eusebio Ayala, destacando referentes locales: “varias instituciones se unen días antes de la última cena a fin de realizar el chipa apo guasu, uniendo a la ciudadanía en general en la elaboración de la chipa, acompañados de referentes de la ciudad como Ña Nena, Ña Onoria, Ña Modesta, Ña Limpia y María Ana, y antes los desaparecidos hombres destacados en la venta del chipá, como Don Juan Ramón Ayala y Don Martínez”, finalizó.