Concluido el último debate entre Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva, los dos candidatos a la Presidencia del Brasil, la percepción en general es que el expresidente salió mejor parado del encuentro. Una mejor utilización del tiempo y del escenario favorecieron a Lula durante las dos horas y media que duró el debate televisado este viernes pasado por la poderosa Red O Globo.
El actual presidente brasileño, sin embargo, dedicó gran parte de los minutos que disponía para recordar la gestión pasada de Lula durante sus dos periodos presidenciales entre el 2003 y el 2011. Bolsonaro, en varios pasajes del debate, recordó el caso Lava Jato en el que Lula se vio involucrado e incluso condenado a prisión por la justicia brasileña, aunque luego la causa fue anulada y le fueron restablecidos sus derechos civiles y pudo postularse nuevamente para presidente del Brasil.
Lula atacó la política ambiental y la mala gestión sanitaria durante la pandemia del COVID-19 del gobierno de Bolsonaro, mientras que este basó su discurso en los buenos resultados económicos a pesar de la pandemia misma, destacando que Brasil ha logrado un crecimiento incluso por encima de China.
Llegó mejor preparado
Expertos en la política brasileña coincidieron en que Lula tomó ventaja del debate al prepararse mejor y no dejarse llevar por los arrebatos de Bolsonaro, algo que sí sucedió en el anterior debate. Un error de Bolsonaro y que también fue expuesto a medida que transcurría el debate fueron las innecesarias menciones nombrando en cada frase a su adversario; al contrario de Lula, quien solamente dos veces durante las casi tres horas que duró el debate se dirigió a Bolsonaro como tal.