Un artículo publicado a finales de agosto de 2020 por investigadores de la Universidad de Reikiavik, Islandia, señala que no existe una dosis máxima de cafeína diaria que sea segura para las mujeres embarazadas y las que están buscando un embarazo. Para ellas, por lo tanto, la indicación sería evitar por completo el consumo de café.
Mientras tanto, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) aconseja actualmente que las mujeres embarazadas no consuman más de 200 mg de cafeína al día, el equivalente a dos tazas de café instantáneo. Pero un nuevo estudio advierte que beber café puede afectar la capacidad de un bebé para gatear o caminar a la edad de un año, incluso si se consume con moderación.
Investigadores de la Universidad de Hokkaido (Japón) afirman que los niños nacidos de madres que consumen sólo tres tazas de café al día tienen un riesgo 1,11 veces mayor de sufrir retrasos en el desarrollo motor a los 12 meses.
Aunque se sabe que algunos hábitos de vida, como fumar o beber alcohol durante el embarazo, influyen en el desarrollo del bebé, aún no hay consenso sobre los efectos del consumo de cafeína. El NHS aconseja “limitar el consumo de cafeína cuando se está buscando un bebé y durante el embarazo, ya que consumo elevado de cafeína se ha relacionado con un mayor riesgo de aborto y bajo peso al nacer”.
En el estudio, los investigadores se propusieron evaluar si el consumo materno de cafeína influye en los resultados del desarrollo de los niños. El equipo analizó los datos de 87.106 madres de un estudio nacional en Japón. Los datos incluían el consumo de cafeína de las madres durante el embarazo, así como las habilidades motrices del niño a los seis y doce meses de edad.
El análisis reveló que los niños nacidos de madres que consumían más de 300 mg de cafeína al día tenían un menor riesgo de sufrir retrasos en el desarrollo a los 6 meses. Sin embargo, a los 12 meses, tenían un riesgo 1,11 veces mayor de sufrir retrasos en el desarrollo motor. Los investigadores señalan que los datos recogidos a los 6 meses deben interpretarse con cautela, ya que a las madres les resultaba más difícil evaluar las habilidades motoras de los niños más pequeños.
“Los resultados de este estudio mostraron que los efectos adversos de la ingesta materna de cafeína durante el embarazo sobre el desarrollo de los niños se observaron raramente a los 6 meses, y que se observó una asociación con respecto a la reducción del riesgo de retrasos en el desarrollo”, explicó el equipo en su estudio, publicado en Early Human Development.
Y añadió: “En el modelo ajustado, la ingesta materna de cafeína se asoció con un menor riesgo de retraso en el desarrollo, con la comunicación, la función motora gruesa, la función motora fina y la resolución de problemas. Sin embargo, a los 12 meses de edad, desaparecieron todas las asociaciones con el menor riesgo observado a los 6 meses”.
Aunque la razón de esta relación sigue sin estar clara, los investigadores esperan que los resultados animen a las mujeres embarazadas a limitar su consumo de cafeína. “Será importante realizar más estudios para investigar si el retraso en el desarrollo motor grueso a los 12 meses causado por la exposición a la cafeína repercute en los resultados a medida que aumenta la edad”, concluyeron los especialistas. Hoy