El tráfico ilegal de madera sigue siendo un gran problema que viene atacando nuestro departamento, principalmente en las comunidades donde aún existen remanentes boscosos siendo la Reserva San Rafael el principal foco de este crimen.
De acuerdo a datos proveídos del Instituto Forestal Nacional, la procedencia de maderas ilegales pueden venir de cualquier lugar, ya que árboles de gran porte existen en cualquier parte, pero la Reserva San Rafael es el lugar más sensible que tiene nuestro departamento.
Uno de los inconvenientes para luchar contra esta práctica, es la excesiva cantidad de caminos en buenas condiciones que cuenta el departamento, por citar un ejemplo se puede cruzar desde Nueva Alborada a Caazapá en menos de 2 horas.
Aunque los controles son estrictos en nuestro departamento, una gran probabilidad es que los cargamentos son transportados hasta los departamentos vecinos como Misiones, Alto Paraná y principalmente Caazapá donde los controles comparativamente con Itapúa son prácticamente nulos.
Prueba de los controles en Itapúa es que muy pocas veces se observan camiones de gran porte transportando madera, lo que hace crecer la hipótesis que la mayor parte del cargamento son direccionada a los municipios de Yuty, San Juan Nepomuceno y Tava’i.
Si bien es difícil calcular cuánto dinero mueve esta práctica, se calcula en miles de millones de Guaraníes.
Cabe recordar que recientemente se sentó en Itapúa la primera condena por delito ambiental que representa un ejemplo para todo el país.