La suba de precios de los combustibles ha generado no solo el repudio de la ciudadanía en general sino también la preocupación de varios conductores que diariamente utilizan sus vehículos como medio de transporte para movilizarse, ya sea para ir al trabajo, llevar a sus hijos al colegio, etc.
En ese contexto, algunos quizás se hayan planteado la posibilidad de cargar combustible con un precio más reducido pero, en contrapartida, con un menor octanaje, pasando por ejemplo de 97 a 93 octanos.
Muchos se preguntarán si esto puede influir de manera negativa en el rendimiento del vehículo. Joseph Schweiss, ingeniero mecánico, manifiesta que bajar a un combustible con menor octanaje puede repercutir en el desempeño y en las prestaciones del motor, de acuerdo al tipo de rodado.
Un aspecto esencial antes de tomar esta decisión es revisar el manual del vehículo que uno posee para ver a partir de qué octanaje se recomienda realizar la carga, puesto que cada fabricante establece un requerimiento mínimo para cada modelo. En el caso de los 0 km, cada concesionaria se encarga de proveer uno al momento de la compra, mientras que con los usados (chileré), se puede buscar información en internet.
Schweiss explica que el octanaje es la capacidad antidetonante que tiene la nafta para evitar detonaciones en el motor y mejora la combustión, produciendo mayor energía útil. A mayor índice de octano, mayor aprovechamiento del motor, refirió.
Esto se puede notar en el consumo del combustible, puesto que al cargar una nafta con mayor octanaje (por ejemplo, una super de 97 octanos), el motor tiene un menor consumo ya que optimiza la energía y mejora la combustión.
“Te puede costar más una nafta de más octanos pero te rinde más”, enfatizó.
Otro aspecto que se debe considerar, además de lo que recomienda el manual del vehículo, es el octanaje real, ya que un combustible no siempre tiene la calidad que señalan en las estaciones de servicio. Por ello, es oportuno verificar estos datos en la página web de cada emblema.
En cuanto al riesgo de que se puedan ensuciar los picos inyectores, Schweiss aclara que esto no depende del octanaje sino más bien de que tan “limpio” esté el combustible, entiéndase, que no tenga restos de arenilla, agua, etc.
Este último punto es algo que el consumidor no tendrá forma de saber de buenas a primeras, por lo que lo ideal será siempre acudir a una estación de servicio de confianza para cargar el combustible, de ser posible.
El ingeniero mecánico también recomienda tratar de cargar siempre el mismo tipo de combustible al vehículo y no pasar constantemente de uno de mayor octanaje a otro menor, pues la ECU (unidad de control electrónico del motor) trata de corregir los valores con el sensor de oxígeno según el nivel de octanos y, al sufrir variaciones, no podrá mantenerse estable.