El domingo de Pascuas pasado, Isidro Flores Rodríguez (67) fue asesinado a hachazos en su domicilio en la ciudad de Limpio. Ayer jueves, la Policía detuvo a su hija, Sol Felicia Flores, cuyo testimonio del fatídico día (vivía con su padre) presentaba inconsistencias desde el principio.
Ella dijo que esa madrugada de lunes recibió la llamada de una amiga, invitándola a una fiesta, a la cual fue, y que, al regresar encontró muerto a su papá, en su cama, empapado en sangre.
Sol dijo a los intervinientes que don Isidro era presidente de la comisión vecinal, y que, como tal, manejaba los fondos que se recaudaban para proyectos de obras en el barrio. Acotó que presumía que para robarle, el o los autores del crimen procedieron a matarlo. A los agentes les llamó la atención que la casa estaba en orden, sin ninguna señal de violencia ni de revueltos habituales que quedan tras un robo domiciliario.
Los días pasaron hasta que la exesposa de la víctima, que no ya no vivía en la casa, fue hasta allí para limpiar la vivienda (para ponerla en alquiler), hasta que, en un momento abrió una caja de lo que era el recipiente de un aire acondicionado. En la misma estaba un hacha ensangrentada.
De ello dio aviso a la Policía, cuyos agentes que ya tenían presunciones que iban en dirección a la hija del fallecido, la volvieron a entrevistar, para luego pedir a la Fiscalía una orden de detención.
Ya detenida y con las nuevas evidencias, Sol Felicia debe hacer frente a la imputación que le aplicó el Ministerio Público. Mientras tanto, testimonios de familiares y amigos de la víctima fatal, van sumando elementos al caso que conmovió a la comunidad limpeña. UH