En medio de las inundaciones por las incesantes precipitaciones en el Departamento de Ñeembucú, el Gobierno Central en forma conjunta con la Gobernación Departamental hasta la fecha distribuyó cerca de 3.000 kits de alimentos de 25 kilos cada uno, brindando asistencia vital a 2.715 familias que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
La entrega se realiza a través de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) y autoridades de la Gobernación con recursos propios.
Este sábado, la asistencia se extendió a la comunidad de Potrero González, distrito de Tacuaras, donde unas 28 familias recibieron ayuda inmediata, incluyendo la entrega de una canoa a remo para uso comunitario, facilitando así el acceso a sus hogares en medio de las inundaciones.
El despliegue de asistencia se extendió a lo largo y ancho del departamento, abarcando comunidades en Pilar, Tacuaras, Guazucuá y San Juan de Ñeembucú. En Pilar, se brindó ayuda a 510 familias, en Tacuaras a 649 familias, en Guazucuá a 575 familias, y en San Juan de Ñeembucú a 961 familias. Además, se prestó atención específica a grupos vulnerables como la comisión de chatarreros y la comisión de yuyeros ambulantes.
Intensas precipitaciones elevaron niveles de los cauces y humedales
El Departamento de Ñeembucú es una zona reconocida por sus extensos humedales y enfrenta una situación crítica, debido a las crecidas y desbordes de ríos, arroyos y cauces ante la gran caída de lluvias en las últimas semanas, superando en cuatro meses el promedio anual en algunos distritos.
En medio de las circunstancias y escenarios se lleva adelante un despliegue de asistencia continua para ayudar a las comunidades afectadas. Las intensas precipitaciones elevaron los niveles de los cauces y humedales generando una situación crítica para miles de familias en la región.
Los datos preliminares de la Secretaría Departamental de Gestión y Riesgos resaltan la magnitud de las lluvias registradas en el departamento de Ñeembucú en los primeros cuatro meses del año. Distritos como Guazucuá y Tacuaras experimentaron niveles alarmantes de precipitación, alcanzando el 76% y el 60%, respectivamente, de la media anual de lluvias. En Pilar, la situación no es menos preocupante, con el registro del 45,3% de la media anual en tan solo cuatro meses.