Las cárceles de Pedro Juan, Coronel Oviedo y la de Ciudad del Este merecen especial atención, confirmó el representante del Ministerio de Justicia. En última gresca, murieron cuatro personas.
Un “casual” enfrentamiento entre miembros del Primer Comando Capital (PCC) y del Clan Rotela, ocurrido el pasado miércoles, desnudó nuevamente la complicidad del sistema penitenciario con el crimen organizado, confirmó el viceministro de Política Criminal. La pelea no fue con simples estoques, sino fue con armas de fuego.
Esto deja al descubierto la continua presencia de clanes en las cárceles del país, ya que, además de PJC, también están en alerta las penitenciarías de Coronel Oviedo y la de Ciudad de Este, donde organizaciones siguen introduciendo celulares, armas y drogas.
“El daño que le hace el personal corrupto que es cómplice de esta gente es enorme, porque no solo ocurre adentro. Al permitir la libre comunicación con el ingreso de aparatos celulares, ellos están planificando cuestiones que ocurren afuera”, dijo Rodrigo Nicora, viceministro del Ministerio de Justicia.
Esta latente complicidad fuerza al Ministerio de Justicia a ir cambiando personales, rotando directores, sumariando a funcionarios, expresó a la radio 1080 AM, y pese a eso, siguen sin parar.
ENFRENTAMIENTO. En el caso de Pedro Juan –una cárcel ya intervenida desde hace un tiempo–, la penitenciaría nuevamente fue escenario el miércoles de tarde de una gresca que dejó como resultado cuatro muertos y seis heridos.
Evidenció que al ser un enfrentamiento “casual”, los reos estaban permanentemente armados.
“Con todos estos incidentes, queremos tener un resultado, y bajar o eliminar estos niveles de connivencia que hay entre funcionarios y personas privadas de libertad en estas penitenciarías”, detalló Nicora.
Desde la cárcel de Pedro Juan Caballero se siguen reportando muchas irregularidades, por lo que tiempo atrás se dispuso por resolución su intervención.
Si bien se estaban haciendo controles y buscando evitar cuestiones, ocurrió la gresca.
Todo pasó cuando un reo del Clan Rotela volvía de la parte administrativa del penal de su audiencia telemática. Este pasó al costado de un interno que no pertenece a ningún grupo.
Allí comienza una fuerte discusión, y luego viene la agresión física.
Esto alertó a los miembros del PCC, quienes rompieron el candado de un portón que abre a un sector conocido como “el cubo”, desde donde se pueden dirigir a los distintos pabellones.
Los internos de ambos grupos se encontraron allí.
«No fue algo planificado, ocurrió de manera casual y desemboca en la muerte de cuatro personas”, lamentó Nicora.
Refirió que en esta penitenciaría siempre hay una alerta especial, por la presencia de los clanes y la vulneración del sistema penitenciario, que les deja seguir creciendo.
Confirmó que el ataque fue controlado, pero que ahí “no terminó los trabajos de fondo”, ya que siguen habiendo amenazas y presiones. UH