Olimpia y su Libertadores de 1990

 

Un 10 de octubre de 1990, el club Olimpia, tras empatar ante el Barcelona de Guayaquil en Ecuador pudo alzar su segunda copa Libertadores. Ese mismo año ganó la Supercopa Sudamericana y la Recopa, una copa que como Olimpia ya había ganado todo, se la dieron sin tener que jugar. En este podcast hablan los campeones del 90.

Última Hora reunió a cuatro campeones de la Libertadores del 90. En el Museo del Fútbol de la Conmebol, conversamos con Mario Ramírez, Adolfo Jara Heyn, Vidal Sanabria y Fermín Balbuena.

En los 90, Olimpia había llegado a tres finales de la Libertadores de seguido. La primera fue la de 1989, con aquella épica final en el Campín de Bogotá, la final que se perdió por penales ante el Atlético Nacional. Los jugadores recuerdan las difíciles condiciones en que debieron disputar aquella final en que en vez de llegar en un bus los transportaron al estadio en un carro blindado.

La revancha llegó al año siguiente, y en el programa especial se pueden conocer de primera mano las historias relatadas por los jugadores que conocieron a la madre Teresa de Calcuta cuando viajaron a la India; el homenaje de siempre al técnico Luis Cubilla y sus reflexiones sobre el presente del Olimpia.

¿Qué se necesita para ganar la Libertadores? Le preguntamos a los campeones del 90, esto es lo que respondieron:

“Primero dirigentes que sepan de fútbol, eso es lo primero que tiene que haber, porque en la escuela de Osvaldo si no rendías hasta un año nomas te tenia, después ya le borraba, eso es lo que ocurrió a partir del 88 que yo estuve ahí con Vidal que le borro como a 9 jugadores”, dijo Fermín Balbuena.

Adolfo Jara Heyn por su parte indicó que el jugador mismo tiene que tener una mentalidad ganadora y creerse superior, “nosotros eso teníamos, cada uno de nosotros nos creíamos superiores, nosotros nos íbamos a jugar en Chile y sabíamos que en Chile íbamos a ganar, o cuando salíamos a jugar afuera sabíamos que íbamos a ganar”.

Para Mario Robocop Ramírez, lo que le cuesta al Olimpia de ahora, son las reglas, la línea de conducta, “se perdió la escuela de la que habla Fermín también, por eso le cuesta ganar, por eso le cuesta formar un plantel de jugadores que se una y que se diga: tenemos que llegar hasta la final”.

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