La festiva mañana con un radiante sol, acompañó la algarabía de cientos de familias que se conglomeraron a apoyar a los más de 500 participantes de la décima edición de la Carrera de Triciclos, en la ciudad de Encarnación. El evento que tuvo como protagonistas a los más pequeños, es una actividad benéfica que rescata las tradiciones locales, de una competencia realizada en la antigua Villa Baja de la capital departamental.
La actividad se realizó durante la fresca mañana, acompañada de un radiante sol y el clima ideal para la competencia, sobre la avenida costanera República del Paraguay, en la ciudad de Encarnación, frente al estacionamiento de la populosa Playa San José.
Cientos de familias celebraron la jornada con los más pequeños. Los protagonistas de este evento fueron los competidores de entre 2 y cuatro años.
Emoción, color y algarabía acompañaron cada largada, en donde los niños demostraron su talento y esfuerzo. Sonrisas que llenaban el corazón e irremediables llantos por frustración de quienes no lograban salir primeros, dibujaron una bella jornada en la ciudad.
Todos los concursantes se llevaron una medalla por participar. Estudiantes del instituto Divina Esperanza, de las carreras de Educación Inicial, Educación Física y otras afines, cuidaron los detalles para ofrecer una experiencia positiva para los más pequeños y las familias que acompañaron la gran fiesta.
Niños protagonistas
En una festiva jornada en la que los mas chicos fueron protagonistas, las familias, padres, madres y abuelas no se quedaron sólo atrás. Voces de aliento motivaban a los competidores a dar el último esfuerzo en cada pedaleo, con el fin de demostrar a sus seres queridos, que fueron los mejores.
La emoción de cada familiar se evidenciaba en el entusiasmo de las hinchadas dando aliento sus comperidores, como si fuesen clubes de fútbol defendiendo sus colores.
Los niños eran contenidos por un responsable que los acompañaba en todo momento.
Jocosas escenas no faltaron, de madres, tíos, hermanas y hermanos, que corrían en paralelo como si fueran ellos los competidores. En algunos casos hasta empujando y ayudando a sus participantes ante la frustración competitiva, que la vivían más ellos, que los propios protagonistas inocentes.
Alegría, diversión y solidaridad
Más de 500 niños de todos los rincones de Encarnación y de otras ciudades participaron de la exitosa actividad.
Los participantes podían traer su pata pata, triciclo o bicicleta con rueditas de apoyo, pero la organización previó tener los elementos para quienes no contaban con sus móviles.
Todos dieron su mayor esfuerzo, pero la mayor recompensa fue el reconocimiento de cada uno, la diversión y la solidaridad que los niños demostraron en cada una de las rondas.
Vivos ejemplos de sana diversión en competencias, fueron los niños disfrutando de cada metro del trayecto que recorrían con tiernas sonrisas.
Competencia benéfica
La inscripción para participar fue gratuita, pero solicitaban a las familias donar un juguete para poder regalarlo a los niños del hogar Carita Feliz de la ciudad de Encarnación.
El evento se viene realizando desde el 2012, con la organización liderada por el concejal municipal Eduardo Florentín (ANR). El edil diji que surgió a partir de un relato recurrente que le comentaba su padre, que contaba de una carrera de triciclos tradicional, realizada en la antigua Villa Baja de la ciudad.
La antigua zona de la ciudad, hoy bajo las aguas del río Paraná, albergó este evento en el año 1968 que se realizó desde el antiguo Bar Tokio, hasta el Club 22 de setiembre.
Antes que ganar, el espíritu de la competencia es divertirse y disfrutar en familia, rescatando este retazo de la memoria de las vivencias de nuestra historia local reciente, marcada por las transformaciones a consecuencia del embalse de la represa de Yacyretá, sostienen los organizadores. Abc