Unas 260.000 aves de corral murieron en los últimos días en Argentina en el marco de un brote de influenza aviar, informó el jueves una fuente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
Los animales, en su mayoría pollos, murieron como consecuencia de la propia enfermedad o sacrificados por los propietarios de los corrales, precisó la fuente a la AFP.
Del total, 220.000 muertes ocurrieron en un establecimiento de la provincia de Río Negro (sur), 10.000 en uno de Neuquén (sudoeste) y 30.000 entre dos sitios productivos de la ciudad de Mar del Plata, localizada en la provincia de Buenos Aires y a 400 km al sur de la capital argentina.
Según el último reporte oficial del Senasa este jueves, de las 200 notificaciones recibidas por casos sospechosos, se han confirmado 40 como positivas.
Es la primera vez desde la aparición hace 20 años de la influenza aviar en el mundo que la enfermedad llega a Argentina y se estima que fue a través de las aves migratorias, indicó la fuente.
En una reunión en Buenos Aires este jueves, los países del Cono Sur acordaron crear una comisión técnica sobre influenza aviar altamente patógena (IAAP) que analizará una respuesta conjunta a la presencia del virus y a aspectos del intercambio comercial de productos aviares, indicó el Senasa en un comunicado.
Del encuentro, participaron profesionales veterinarios de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay.
Tras detectarse el primer caso en un establecimiento productivo el 1 de marzo pasado, Argentina suspendió la exportación de productos avícolas debido a que perdió temporalmente su estatus de libre de la enfermedad, explicó el Senasa en aquel momento.
La producción para el consumo interno, en cambio, se mantuvo con normalidad debido a que la enfermedad no se transmite a los humanos por el consumo de carne de pollo y huevos, afirmó.
Las ventas de productos avícolas argentinos al exterior representan unos 330 millones de dólares al año y tienen a China como principal destino. hoy