Se trata de una familia de la ciudad de Carlos Antonio López y otra de Mayor Julio Dionisio Otaño, quienes lamentan el actuar de la Justicia paraguaya, ya que, a pesar de las declaraciones ante la Fiscalía de varios testigos que presenciaron el crimen, el autor del doble homicidio sigue libre e incluso —según la denuncia— se pasea por la comunidad como si nada hubiera pasado.
El terrible suceso ocurrió en la madrugada del 7 de marzo de 2010, en las afueras de un salón bailable, ubicado en el casco urbano de la localidad de Carlos Antonio López, Departamento de Itapúa, donde Jorge Ramón Espínola Vega, de 22 años, domiciliado en la citada ciudad, y Édgar Ramón Román Rivarola, de 17 años, oriundo de Mayor Otaño, fueron asesinados de varios balazos a bordo de una furgoneta a manos del supuesto autor, Milciades Raúl Vigo González, quien tras el hecho, se habría dado a la fuga cruzando hacia el territorio argentino.
Según los datos que obran en la carpeta fiscal y el relato de los familiares de las víctimas, todo habría sido a raíz de un roce del vehículo de las víctimas con el de Milciades Vigo González, quien desenfundó su arma y supuestamente acribilló a los dos ocupantes del rodado, quienes murieron en el acto. El terrible suceso aconteció ante la presencia de numerosos testigos, de los cuales cinco se animaron a testificar ante el Ministerio Público.
A doce años de un caso sin resolver
Tras publicar esta terrible historia de injusticia, la corresponsalía de ÚH en el sur del país se constituyó en el lugar del suceso y habló con los familiares de las víctimas, quienes relataron estos años de tortura y dolor que soportan por la cruel muerte de sus hijos, que hasta hoy increíblemente sigue impune debido a la supuesta negligencia o eventual complicidad de la Justicia paraguaya.
ÚH visitó la localidad de Carlos Antonio López, distante a unos 180 km de Encarnación, donde don Ramón Antonio Espínola, de 72 años, y su esposa Fidencia Vega, de 64 (padres del fallecido Jorge Ramón Espínola Vega), sus hijas Diana y Aidé; junto a don Casildo Ramón Román y Zulma Rivarola (padres del difundo Édgar Ramón Román Rivarola), y Minerva Denis, hermana del mismo, unidos en el dolor, relataron lo sucedido y lamentaron que el supuesto autor material del crimen aún siga libre.
“A mi hijo le mataron saliendo de una fiesta. Estamos con el corazón partido, venimos luchando y queremos creer en la Justicia, pero hasta hoy no estamos encontrando. Hay varios testigos del hecho y el (supuesto) autor está plenamente identificado. Además, existen contundentes evidencias. Prácticamente fue como un sicariato, a mi hijo le acribillaron sin mediar palabras. Ya luchamos mucho y queremos que el (supuesto) autor del hecho vaya a la cárcel, porque es un asesino”, señalaba don Espínola.
Por su parte, Diana Espínola —hermana de Jorge— señaló: “Lo que pedimos a las autoridades es justicia, al fiscal y a los jueces, (les decimos que) queremos justicia, queremos que (el autor del crimen) pague por lo que hizo. Hace 12 años que venimos luchando y hasta ahora no hemos encontrado justicia por la muerte de mi hermano”, acotó la joven.
A su vez, doña Fidencia Vega —mamá de Jorge— clama también justicia para su único hijo varón, quien a los 22 años fue ultimado en las afueras de un salón bailable. «La verdad que como mamá estoy indignada (por el crimen). Se ve que en Paraguay no hay justicia para la gente pobre. Estamos con mucho dolor y lo único que pedimos es justicia”, manifestó.
A su turno, don Casildo Román con lágrimas en los ojos intentó relatar lo sucedido, pero se quebró entre sollozos a la hora de recordar el terrible suceso. «Iyetu’u la oikova kue la che ra’yre. Me quitaron a mi único hijo varón también. No tengo palabras para describir lo que siento”, exclamó con aire compungido.
Luego doña Zulma Rivarola aportó lo suyo: “Estamos impotentes (ante el crimen). No hay palabras para describir nuestro dolor. Nosotros queremos justicia nomás. Queremos verle en la cárcel al asesino. Estamos dolidos y exigimos justicia en la memoria de nuestro hijo».
Los familiares de las víctimas aseguran y lamentan que el principal sospecho del doble homicidio, Milciades Raúl Vigo González, quien fija residencia en la casa de su hermana Cinthia Vigo González, defensora pública de Caazapá, constantemente se esté paseando por la zona del nordeste de Itapúa.
Cabe agregar que el nombre de la defensora pública de Caazapá, Cinthia Vigo, salió al tapete por haber fijado allí su residencia para la prisión domiciliaria del peligroso criminal y narcotraficante Óscar Ramón Cardozo, alias King Kong, asesinado luego por sicarios en Cambyretá, Departamento de Itapúa.
Cabe señalar que actualmente, a pesar de las evidencias existentes y testigos, el acusado está con libertad ambulatoria, otorgada por una jueza de Encarnación que se allanó al pedido de sobreseimiento provisional planteado por la Fiscalía, recurso que está apelado por la defensa ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Mientras, el grave hecho sigue impune.
Cabe recordar que la jueza penal de Garantías de Encarnación, Claudia Scappini, es una de las magistradas que dieron medidas alternativas a la prisión al presunto autor de un doble crimen, ocurrido en Carlos Antonio López en el 2010. Scappini aclaró que se allanó a los documentos obrantes en la causa, en los cuales el procesado contaba con el sobreseimiento provisional, por lo que le otorgó la medida ambulatoria.
Actualmente, a más de una década del hecho, el proceso se encuentra en la Corte, tras una nueva chicana presentada por la defensa del procesado, mientras los familiares de ambas víctimas siguen a la espera de lograr justicia para sus allegados. UH