La presunción de la Fiscalía es que Marcio Ariel Sánchez Giménez, conocido como Aguacate, incrementó exponencialmente su patrimonio con las ganancias que le produjo el sicariato. El hombre es sospechoso de ser un narcotraficante en la frontera entre Paraguay y Brasil, en el Departamento de Amambay, y se presume que es jefe de una organización de sicarios responsables de más de 50 crímenes.
La pareja de Aguacate, Agudelia Vargas, se abstuvo este jueves de prestar declaración indagatoria. Su defensa solicitó más tiempo para estudiar la carpeta fiscal. Ella y su hermano Edilson Vargas Armoa, junto con Aguacate –quien sigue prófugo–, están imputados por lavado de dinero y otros delitos.
«La presunción es que a través de las ganancias del sicariato, él (Marcio Sánchez) y su esposa iban adquiriendo tanto bienes como inmuebles», comentó el fiscal Osmar Legal, de la Unidad Especializada de Delitos Económicos y Anticorrupción.
«Es así que el día de ayer incautamos una estancia con una importante cantidad de ganado y otros animales. En otra ubicación incautamos una caballeriza donde había cerca de siete caballos de carrera y también un comercio, un supermercado, tiene una peluquería y otros inmuebles. Todo hoy está decomisado a disposición de la Senabico», añadió.
Sobre el punto, el agente fiscal explicó que el incremento patrimonial de la pareja se registra desde el año 2016, año en que fue asesinado Jorge Rafaat, considerado uno de los narcotraficantes más importantes de la frontera. Aguacate era su chofer.
«Tenemos que entender que aquí el análisis es un poco particular en comparación con otras investigaciones financieras, porque el tipo de criminalidad hace que ellos trabajen en efectivo, entonces la trazabilidad bancaria en esta causa no la tenemos», explicó al respecto el fiscal Legal.
Aguacate y Edilson Vargas también están imputados por el cuádruple homicidio registrado este año en Pedro Juan Caballero, en donde fue asesinada la hija del gobernador de Amambay, Haylee Carolina Acevedo.